De
rodillas mirando al cielo he pedido explicación a eso que no espera y choca sin
medir consecuencias, el cielo y la tierra no esperan por nadie y se lleva a
quien quiera, en cada hora toma una vida en forma de ofrenda, le pertenece y
por ella hará lo que sea. He escrito esto bajo el título de “El cielo” como una
esperanza de que sea el lugar que nos está esperando cuando nos toque morir.
-Anónimo.